Respuesta: La palabra “santo” viene de la palabra griega “hagios” que significa “consagrado a Dios, santo, sagrado, piadoso.” Casi siempre es usado en plural, “santos” “...Señor, he oído de muchos a cerca de este hombre, cuántos males ha hecho a Tus santos en Jerusalén.” (Hechos 9:13). “Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida.” (Hechos 9:32) “lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos,....” (Hechos 26:10). “Saludad a todos los santos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:21). En la Escritura hay 68 usos del plural de “santo.”
La idea de la palabra “santo” es un grupo de gente apartada para el Señor y Su reino. Hay tres referencias que aluden al carácter piadoso de los santos; “que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos,..” (Romanos 16:2) “a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo.” (Efesios 4:12) “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos” (Efesios 5:3).
Por lo tanto, bíblicamente hablando, los “santos” son el cuerpo de Cristo, los cristianos, la iglesia. Todos los cristianos son considerados santos. Todos los cristianos son santos... y al mismo tiempo son llamados a ser santos. 1 Corintios 1:2 dice claramente, “a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos...” Las palabras “santificados” y “santos” provienen de la misma raíz griega, como la palabra que es traducida comúnmente como “santos”. Los cristianos son santos, en virtud de su unión con Jesucristo. Los cristianos son llamados a ser santos, para que permitan que paulatinamente su vida se ajuste cada vez más a su posición en Cristo. Esta es la descripción bíblica y el llamado de los santos.
¿Qué entiende por “santos” la Iglesia Católica, en comparación con la enseñanza bíblica? No mucho. En la teología Romana Católica, los santos están en el cielo. En la Biblia, los santos están en la tierra. En la enseñanza Romana Católica, una persona no se convierte en santo, a menos que él/ella sea “beatificado” o “canonizado” por el Papa o un obispo prominente. En la Biblia, cualquiera que ha recibido a Jesucristo por la fe, es santo. En la práctica Romana Católica, los santos son reverenciados, se les reza y en algunos casos, son adorados. En la Biblia, los santos son llamados a reverenciar, adorar y orar únicamente a Dios.