jueves, 1 de julio de 2010

OBEDIENCIA

Dios demanda de nosotros obediencia, ya que EL fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz para salvarnos, ese fue el ejemplo principal que nos dio en la plenitud de los tiempos cuando camino entre nosotros, ¿qué significa ser obedientes?, es simplemente hacer su voluntad y no la nuestra, eso a su vez significa morir a nosotros, morir en nuestro interior, o sea renunciar a lo que nos gusta hacer, dejar todo aquello que nos ata en este mundo para servirlo a EL para que el disponga de nosotros como instrumento, además de eso nos pide cargar con su cruz y sufrir junto a EL los rechazos de este mundo puesto que tomamos la decisión de ser de EL, de pertenecerle plenamente y hacer su santa voluntad en nuestros cuerpos que son el templo de su Espíritu Santo. Una vez que decidimos ser obedientes y seguirlo en su camino hacia el Padre creador, EL comienza a vivir en nuestro interior y comienza esa transformación lindísima, donde el maestro carpintero nos va perfeccionando en su taller utilizando nuestros dones o talentos previamente asignados por EL, estos salen manifestados en nuestro exterior para el servicio de los demás, comenzando pues, nuestras vidas a tener sentido por lo que un día en la eternidad fuimos creados con un propósito y comenzamos a ser “luz” como una lámpara en la oscuridad, donde EL brilla a trevés nuestro y donde “esa llama” es alimentada para que no se apague con aceite de oliva puro que es el espíritu santo que esta fortificado en nosotros a trevés de palabra dando esperanza y “vida” a quienes la necesitan, llegando a esas personas enfermas, ciegas, mudas, sordas en el espíritu la cual son restauradas tal como nosotros lo fuimos en su momento y es ahí donde el Rey Reina en este mundo a trevés nuestro, siendo pues un reino espiritual y no de este mundo como El lo dijo.
El desorden de cualquier tipo es producto de la desobediencia, es rebeldía y eso es justamente pecado que nos lleva a la muerte, tanto del cuerpo físico como el cuerpo espíritual ya que el maligno fue rebelde y estaba en contra los designios de Dios padre y el busca que muramos eternamente junto con el ya que ese es su destino. De esa manera pecaminosa no podemos presentarnos al altar de Dios que es Jesucristo, en donde todo está en orden y en santidad.
Debemos pues, ser obedientes y saber escuchar la voz de nuestro creador, y aunque no nos guste beber de esa copa como lo dijo nuestro señor cuando iba a ser entregado por nuestros pecados, debemos aceptar su voluntad no la nuestra con la humildad que EL mismo nos dio de ejemplo desde su niñez en el pesebre, hasta su muerte en la cruz soportando esos castigos tan crueles para lograr gozar junto a EL de su presencia santa eternamente.
Dios los bendiga hermanitos queridos, que la paz de Cristo Jesús sea con ustedes.

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