viernes, 8 de julio de 2011

LOS ZELOTES

(gr.gr. griego zeµloµteµs). A uno de los doce apóstoles se le llama Simón el Zelote (no Pedro sino el otro simón apostol)(Lc. 6.15; Hch. 1.13; ya sea a causa de su temperamento celoso o apasionado o por alguna asociación con el partido de los zelotes (* Cananita). Pablo dice de sí mismo que fue celoso en lo religioso (Hch. 22.3; Gá. 1.14), y a los muchos miembros de la iglesia de Jerusalén se los describe como “celosos por la ley” (Hch. 21.20).
El partido de los zelotes, descrito por Josefo como la “cuarta filosofía” entre los judíos.Se les llamaba zelotes porque seguían el ejemplo de Matatías y sus hijos y seguidores, que manifestaron celo por la ley de Dios cuando Antíoco IV intentó suprimir la religión judía (1 Mac. 2.24–27), y el ejemplo de Finees, que evidenció un celo parecido en momentos de apostasía en el desierto (Nm. 25.11; Sal. 106.30.
El movimiento, no mencionado como tal en el Nuevo Testamento, comenzó cuando Judas el galileo encabezó una sublevación contra los romanos en el año 6 después de Cristo (Hch 5.37), considerándose el sucesor espiritual de los macabeos. Cuando aplastaron la sublevación, los zelotes quedaron como el ala extremista de los fariseos, dispuestos a recurrir a las armas antes que pagar tributo.
Los zelotes tomaron parte activa en la gran rebelión de 66–73 después de Cristo en contra de los romanos, siendo los últimos en ser reducidos en su fortaleza de Masada, cerca del mar Muerto, recientemente investigada por los arqueólogos. Simón debe de haber sido miembro del partido antes de acudir a Jesús. El fanatismo de los zelotes contribuyó a desencadenar la guerra entre judíos y romanos.
Los zelotes eran vistos como un partido de patriotas judíos militantes del primer siglo. Su movimiento comenzó con Judas de Calilea en los días de Quirino como una oposición clandestina al poderío romano. Ellos sostenían que la violencia era justificada si libraba a la nación de sus opresores extranjeros. Josefa los describió como fanáticos cuyas extravagantes demandas y destemplada imprudencia se transformaron en obstáculos para su propia causa.
En doctrina eran muy parecidos a los fariseos a causa de su interpretación nacionalista en extremo del Antiguo Testamento, y en espíritu eran como los macabeos. Su intenso deseo de un reino independiente pudiera, haber llevado a algunos de ellos a buscar la compañia de los discípulos de Jesús. Por lo menos a uno de ellos, Simón, se distingue de Simón Pedro por ser llamado “el zelote” (Lc. 6:15; Hch. 1:13).

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