" ... Como está escrito : Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy " ( Romanos 11,8).
Aristos, un diccionario ilustrado de la lengua española define estupor de esta manera: "Disminución de la actividad intelectual acompañada de cierto aire de indeferencia ".
Esta indiferencia o insensibilidad trae a los cristianos torpeza y desánimo que les impide crecer en Cristo y los estanca en un estado que los ciega a la visión de Dios. Es algo similar a entrar en un profundo sueño, el cual nos pone a dormir y nos impide servir al Señor.
Estos versículos describen el castigo de los corazones endurecidos que el profeta Isaías predijo ( Isaías 6,9-13). Si la gente no quiere oír las buenas nuevas de Dios, al final no podrán entenderla. Pablo vio que esto sucedió en las sinagogas que visitó en sus viajes misioneros.
Satanás hace correr sus mentiras a través del cine, la televisión, revistas, internet, y nos hace creer en ellas como las historias de las novelas. Pero le tiene terror a la verdad que es la Palabra de Dios. Por eso, se levanta contra cualquier Ministerio que anuncia la Sagrada Escritura, porque sabe que la Verdad, que es Jesucristo lo desenmascara y lo debilita.
Con frecuencia un nuevo creyente está lleno de celo por las cosas de Dios. Camina en las nubes, testificando, sirviendo, etc. Mas todo cristiano, de no ser motivado y equipado, entra en un estado de indiferencia que lo desanima a servir a Dios. Estos llegan a ser piedras quemadas en el muro y el templo de Dios, como se menciona en Nehemías 4,2.
Satanás quiere herir profundamente, y causar desaliento y desesperación. El diablo quiere ridiculizar a aquel que le ha dado su corazón a Cristo. Cuando se burlen de usted por su fe o lo critiquen por hacer lo que es correcto, absténgase de responder de la misma manera y no se desaliente. Dígale a Dios como se siente y recuerde que Él prometió estar con usted. Esto le animará y fortalecerá para continuar.
Este espíritu de estupor que ataca particularmente a los cristianos, entra en ellos a través de la tibieza, como ocurría con la iglesia de Laodicea, de la cual Jesús dijo: "... por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca " ( Apocalipsis 3,16).
Tenemos que orar en contra del espíritu de estupor. Oremos para que sea atado ese estado de indiferencia y desatado un espíritu de servidumbre en su lugar. ¡ Fuera espíritu de letargo, de estupor, en el nombre de Jesús !
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