Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso. Rut 1.20
El significado del nombre de Noemí, es mi dulzura, esta mujer Israelita, quien después de varios años de haberse marchado de Belén, juntamente a su marido y sus dos hijos, decide volver a su tierra natal, habiendo oído que Dios había visitado a su pueblo para darles pan nuevamente, ya que cuando ellos salieron de la ciudad de Belén, había hambre en la tierra… después de haber perdido todo lo que tenia, su esposo, sus dos hijos, y probablemente algunos bienes que habían llevado con ellos, decide regresar…y cuando llega a su tierra, los habitantes se preguntan a sí mismos,¿ que no es esta Noemí?…dice la Biblia que toda la ciudad se conmovió por causa de ellas…pero esta mujer, Noemí, por ese dolor de su corazón, compara el dulce significado de su nombre con lo amargo del actual estado de su vida….y no solo eso, sino que culpa a Dios, de todo lo que le ha acontecido.
Generalmente, cuando atravesamos situaciones difíciles en nuestra vida, la tendencia natural, es echarle la culpa a otros, es decir buscar un culpable, ya que no es nada fácil poder reconocer, que en la mayoría de las veces, es sencillamente una consecuencia de nuestras erradas decisiones…querido amigo, se necesita ser muy valiente para poder enfrentar la verdad…si observamos bien la historia de nuestro personaje anterior, en el libro de Rut, nos daremos cuenta, que no se evidencia en ningún momento de este pasaje, que Elimelec, el esposo de Noemí, se haya tomado el tiempo para consultarle al Señor sobre su decisión para salir de Belén, y así, ir a refugiarse a la sombra de Moab, una de las naciones más idolatras y llenas de paganismo, que fueron aborrecidas por Dios, ciudad donde él creyó que encontraría la salida a todos sus problemas de austeridad, para él y toda su familia….¿de que estas culpando a otros en este momento de tu vida? ¿Estás responsabilizando a Dios de tus fracasos?..
Querido amigo, la Biblia está llena de tanta sabiduría, que nos sorprendemos al escudriñarla, es increíble cómo nuestro Señor pensó en cada detalle para instruirnos, por ejemplo el Proverbios 3:5 dice; Fíate del Señor de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
Fiarse: la palabra fiar, significa asegurarse uno, que otro cumplirá lo que promete. O pagará lo que debe. Esperar con firmeza algo grato…Fiarnos en el Señor es cegarnos en su Palabra…entonces cuando el Señor dice, fíate de Jehová, nos está diciendo; confíen plenamente en mí, yo soy su seguridad, yo cumpliré todo lo que les he prometido… cuando nos tomamos el tiempo delante de nuestro Consejero perfecto, y le pedimos su opinión, y no solo eso, sino su total aprobación a nuestros planes o proyectos…iremos confiados y seguros…pero que diferencia cuando nos dejamos llevar por una emoción, es decir por nuestro propio corazón, haciendo una inversión ya sea en un negocio, un vehículo, una casa, un viaje, etc., y no se hacen los cálculos sabios de acuerdo a los ingresos, de seguro que un corto tiempo después estará siendo embargado, por sus acreedores, o en banca rota….su consecuencia, amargura y frustración…
Prudencia: tener entendimiento. Denota sabiduría práctica, prudencia en la conducción de asuntos. Es decir que la persona prudente se conduce con entendimiento antes de hacer o decir algo, no es arrebatada, ni actúa alocadamente, sino que medita, piensa, planifica antes de cualquier decisión a tomar, o aun antes de hablar. Reconocer a Dios en todos nuestros caminos, nos habla de tomarle en cuenta en todos, absolutamente en todas nuestras decisión, y es que la verdad es que le necesitamos en todo…y cuando lo incluimos en todos los asuntos, si aun así nos hubiésemos equivocado, la promesa es, que El va a enderezarnos en aquello que nos saliera mal….ya que muchas veces podemos creer que esto o aquello, es lo correcto para nuestras vidas, pero ahí está su grande e infinita misericordia, el nos vuelve al camino, es decir, aquello que es conforme a su voluntad, y no a la nuestra. Cuando Noemí regreso de Moab a Belen, su alma estaba en grande amargura, y dijo; No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso…su esposo, Elimelec, había tomado una decisión, buscar la bendición en otras tierras…el sencillamente fue y decidió el camino a seguir, apoyado en su propia prudencia… es de valientes, aceptar el error, y sobre todo las consecuencias que vienen con el error…cada decisión, sea pequeña, o grande, debemos de someterla a nuestro amado Señor Jesucristo..Siendo prudentes, es decir conducirnos con entendimiento, reconociendo al Señor en todos nuestros caminos, y cuando tenemos su aprobación, o desaprobación, podemos fiarnos ciegamente, porque sabremos que todo, absolutamente todo, será para nuestro bien…si nosotros decidimos ignorar la voluntad del Señor en nuestras decisiones, el sencillamente callara, y se apartara, recordemos que El nos ha dado el libre albedrío desde el principio de la creación…El, sencillamente quiere dejar que nosotros aprendamos a dejarnos guiar, por nuestro propio corazón, o por el Pastor de pastores.. El Señor Jesucristo.. Jn. 10:27 dice; Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen…hoy es buen día para oír las instrucciones de nuestro Pastor de los cielos, oigámosle a Él, consultemos nuestros planes antes que nada con Él, y así nos evitaremos mucho dolor, y sobre todo, consecuencias que amargaran nuestro corazón. Querido amigo, o te amargas ante tus propias decisiones, o te dejas guiar por Jesús, en todos tus caminos… ¡tú decides!
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