El primer ministro israelí dijo que los líderes y los responsables políticos de todo el mundo deben ser alertados de los posibles peligros que puedan haber adelante. “Israel no puede profesar neutralidad sobre los hechos ocurridos, porque sobre todas las cosas, queremos que el futuro gobierno egipcio se mantenga comprometido con la paz con el Estado Judío”, expresó.
Israel comparte los deseos mundiales de que Egipto tenga éxito en su pedido de una reforma genuina, pero, a diferencia de otras democracias, no puede esperar lo mejor, sino prepararse para lo peor, según dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ayer.
Hablando en la Conferencia de las Mayores Organizaciones Judías Americanas, que se lleva anualmente en Jerusalem, Netanyahu dijo: “Parte de prepararse para lo peor es alertar a los líderes y responsables políticos de todo el mundo de los posibles peligros que puedan haber adelante, no porque los quiera materializar, no quiero, sino porque tengo la responsabilidad de hacer lo que pueda para incrementar los cambios que no se materialicen”.
Con esas palabras, el primer ministro tomó las críticas articuladas estos últimos días, más notablemente por los columnistas del New York Times, Thomas Friedman y Roger Cohen, que Israel ha estado en el lado contrario de la historia al no aplaudir los recientes eventos del Cairo.
“Nadie sabe qué traerá el futuro en Egipto. El pueblo en Washington no sabe, y la gente de Irán tampoco, e incluso, esto puede ser duro para algunos, los columnistas del The New York Times no lo saben”, destacó.
Netanyahu también dijo que mientras se cambiaba el estado a una mejor situación en Europa en 1989 con el colapso del Telón de Acero, no se podía decir lo mismo de la Revolución Rusa de 1917, o la iraní en 1979.
Incluso más recientemente, agregó, la mayor parte del mundo aplaudió la Revolución de los Cedros en el Líbano en el 2005. Pero unos pocos años después, Hezbollah, una organización terrorista que no respeta los derechos humanos, que los hace polvo, ha tomado el país.
Al final, los egipcios determinarán su propio destino, expresó el primer ministro, a lo que resaltó: “Pero Israel no puede profesar neutralidad sobre el desarrollo, porque sobre todas las cosas, queremos que el futuro gobierno egipcio se mantenga comprometido con la paz con el Estado Judío”.
Netanyahu dijo que quería que “cada egipcio” sepa que Israel está comprometido con la paz con ellos y otros vecinos del país. Dos tercios de los egipcios, cerca de 50 millones de personas, nacieron luego del acuerdo de 1979 y no recuerdan cómo era la vida antes de que se firmara el acuerdo, aseguró. “Todos los vecinos de Israel deberían valorar el acuerdo de paz de Egipto e Israel”, agregó.
“No tengo duda de que mantener la paz, profundizarla, está en el interés de Egipto, y espero que esto acompañe el esfuerzo del país de alcanzar una sociedad libre y democrática mientras buscan su reforma. Mientras esperamos que el pueblo judío tenga éxito en conseguir un nuevo futuro, no nos disculpamos por nuestro ferviente deseo de que se mantengan comprometidos con la paz”, dijo Netanyahu.
El primer ministro también dijo que en las últimas semanas se habían derrumbado un número de verdades aceptadas, incluyendo que el conflicto israelí palestino era el problema central en la región. Los cables diplomáticos americanos publicados por WikiLeaks mostraron que la principal preocupación de los gobiernos árabes no eran Israel y la Autoridad Palestina, sino Irán, mientras las protestas que sacudieron al mundo árabe mostraron que el principal problema que molesta a las masas árabes es la calidad de sus propias vidas, no el conflicto palestino-israelí.
Pero agregó: “Todavía están aquellos para quienes la centralidad del conflicto entre Israel y la AP en la región, y de hecho en el mundo, no es nada menos que un artículo de fe, y no hay evidencia de que aquellos que creen en esto no lo ignorarán. Pero muchos observadores imparciales están empezando a reconocer la realidad”.
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