Es la historia de una joven pareja de esposos. Delia y Jim. Ella tenía algo que amaba muchísimo y era una larga y sedosa cabellera. Cuando soltaba su pelo era como si una brillante cortina cayera sobre sus espaldas. Dedicaba a su cuidado largas horas. Jim por su parte también tenía algo que amaba muchísimo y era un hermoso reloj de oro que su abuelo le había dejado como herencia. Delia amaba a su esposo con toda su alma y al llegar unas navidades pensó es hacerle un lindo obsequio, pero contaba con apenas un par de dólares. Entonces no lo dudó. Amaba a su cabello pero más aún a Jim. Entonces se cortó el pelo y lo vendió obteniendo 20 dólares a cambio, y con aquel dinero le compró a su esposo una hermosa pulsera de oro para que luciera su precioso reloj. Llegada la Navidad y al momento de entregarse los regalos grande fue la sorpresa de Jim al ver que su esposa ya no lucía su espléndida cabellera. Aunque no importaba pues seguía siendo tan linda como siempre. Delia fue la primera en darle a su esposo el obsequio. ¡Qué linda malla para su reloj! Pero Jim estaba perplejo, atónito y no era precisamente por el regalo que había recibido. No, estaba así por el regalo que el había traído a su esposa: Un hermoso juego de peines y cepillos con finísimas aplicaciones de nácar que había comprado luego de vender su preciado reloj de oro”. Cada uno la había dado al otro todo lo que tenía. El amor verdadero no tiene otra manera de dar.
“El amor no es amor si se lo calcula meticulosamente. El amor no especula. Da su todo y lo único que lamenta es no tener todavía más para dar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario