martes, 22 de febrero de 2011

5 características de los hijos del Reino

Somos la plenitud de Jesús, tenemos su poder y autoridad.
Efesios 1:15-23
Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
1 - Son un espíritu con Dios
1 Corintios 6:16-17
¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.
Juan 3:3,5
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Cuando habla de nuevo nacimiento, no habla solo de recibir a Jesús, sino de un proceso para dar a luz una vida nueva.
Nacer de agua no es el bautismo, sino más bien un proceso de alimentación y lavamiento:
Efesios 5:25-26
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra
Nacer del Espíritu tiene que ver con ser engendrado por Dios, no tiene que ver con algo que podamos manipular, sino que es una parte que depende de Dios, y a nosotros nos compete ser consecuentes con la obra de Dios en nosotros.
Juan 1:12-13
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Cuando se produce ese nuevo nacimiento, podemos ver y oír el Reino de Dios, tal y como lo hacia Jesús.
Juan 5:19-20
Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará...
Juan 5:30
No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
2 - Son Dependientes
Mateo 5:3
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Pobre es "tokos" en griego, que significa mendigo, miserable, y por ende, es un dependiente. El pobre en espíritu no es dependiente de la provisión de Dios, sino más bien, dependiente del Dios de la provisión, y luego esto le faculta a recibir la provisión.
Pues como es un dependiente de Dios, busca estar cerca siempre de Dios, constituyéndose un verdadero adorador. ¿Por qué hablo de ser dependiente de Dios y no de la provisión?
Salmos 100:4
Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza...
Lugar Santo: Candelabro de oro, la mesa con los panes de la proposición y el altar donde se quemaban los perfumes e inciensos. El lugar santo tiene que ver con las cosas que Dios puede hacer por nosotros y darnos.
Lugar Santísimo: el Arca del Pacto, dentro de la cual estaban: las Tablas de la Ley, la vara de Aarón y Maná. El lugar santísimo tiene que ver con la misma personalidad y atributos de Dios, es donde mora Su gloria y majestad. Es el lugar donde realmente conocemos a Dios cara a cara.
Y la única forma de llegar es cuando lo adoramos.
Salmos 95:6
Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.
El problema es que cuando nos acercamos a Dios, nos quedamos solo en el lugar santo, pero Dios quiere que lleguemos al lugar santísimo y hagamos morada allí. Creamos una zona de comodidad en el lugar santo, porque ahí saciamos nuestras necesidades, pero en el lugar santísimo es donde saciamos el corazón de nosotros y nos saciamos realmente.
Salmos 22:3
Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
"Las alabanzas" en hebreo, incluye tanto adoración como alabanza per sé. Combinación de alabanza y adoración nos llevan a construir lugares espirituales de morada a Dios.
La adoración establece literalmente habitaciones para Dios moverse en alguna persona, lugar o nación. Establece bases legales para que la operación de Dios sea una realidad.
Salmos 91:1, 9-10
El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada...
Cuando comenzamos a habitar en el lugar santísimo, nuestro sentido de dependencia hacia Dios crece, y es ahí en donde nuestros sentidos espirituales se ejercitan, como el ver y oír a Dios y al Reino de la luz (Hebreos 5:14).
3 - Son Inconmovibles
Hebreos 12:26, 27, 28
La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. (27) Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. (28) Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia...
(Quien hace la voluntad de Dios permanece para siempre)
Lo inconmovible es el Reino de Dios. Nosotros debemos de reflejar el carácter del reino de Dios. Y el ser inconmovible es parte de ese carácter. Nosotros no nos podemos dejar derribar ni destruir. Tenemos la capacidad de mantenernos intactos ante cualquier cosa que venga.
4 - Son Poderosos
1 Corintios 4:20
Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.
Nosotros tenemos que entender que somos cuerpo de Aquel que es la cabeza, Jesucristo. Y por ser parte que esa cabeza, heredamos las mismas propiedades que ella posee. Somos las manos y los pies de Dios aquí en la tierra. Nosotros somos la respuesta a la oración que muchos están haciendo, y si no andamos como Cristo lo desea, no podremos desplegar Su maravilloso poder.
Poder en griego es "dunamis" que significa "fuerza, poder, habilidad, poder inherente, poder para realizar milagros, poder moral y excelencia del alma, poder e influencia que le pertenecen a personas ricas y abundantes".
Ese "dunamis" viene a nosotros en la medida en que somos TRANSFORMADOS a la imagen de Jesús, y somos llenos del Espíritu Santo.
Jesús dijo que haríamos cosas mayores que las que El hizo. Jesús delegó la capacidad y el poder en nosotros, pero no lo usamos. ¿Por qué?
A - Porque no nos vemos como Dios nos ve
B - Porque no creemos que lo podemos hacer, y
C - Porque no estamos conectados plenamente con Dios.
5 - Desarrollan un vínculo perfecto
Romanos 14:17-19
Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.
Colosenses 3:12-14
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
Un reino dividido contra si mismo no prospera. Nosotros no hemos alcanzado nuestras comunidades porque nosotros como reino estamos divididos. Pleitos, chismes, disensiones, iras, falta de perdón y compasión, inmisericordes, y todo esto frena el mover del reino de Dios en nosotros.
Si lo igual atrae a lo igual en el mundo espiritual, lo que es diferente se repele entre si. Nosotros estamos repeliendo el mover de Dios en nuestras vidas por nuestra actitud contraria al reino de Dios.

2 comentarios:

Elizabeth dijo...

AMEN ASI ES! GLORIA A DIOS. ALELUYA!!

Elizabeth dijo...

Muchas Gracias Hermano José por esta edificante enseñanza. Paz y Gracia Le sean multiplicadas. Un Gran Abrazo en Cristo.