jueves, 14 de octubre de 2010

ESCUDO DE LA FE

Muchas personas quieren ponernos armaduras viejas que están hechas por ideologías humanas, fórmulas de éxito o tradiciones.
Nuestra mejor armadura o vestimenta de éxito, es la que Dios nos dio.
Recuerdo la historia de David, cuando Saúl, quiso vestirlo con la armadura propia, la de un viejo rey acobardado por un gigante, y David no podía si quiera caminar con ella.
“Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas.” 1 SAMUEL 17:38-39
David, se la quitó y entendió que no es con espada, ni armadura, ni ejército, sino por el Santo Espíritu de Dios.
David pudo destruir ese gigante en el nombre del Señor de los Ejércitos. Lo que nos han enseñado está bien, pero lo que Dios nos enseña es mucho mejor.
Tomando el Escudo de la Fe
La palabra de Dios dice: "Los pensamientos con el consejo se ordenan; y con dirección sabia se hace la guerra" PROVERBIOS 20:18
El escudo esta preparado para proteger varias partes vitales del ser humano, como es el corazón.
¿Cómo nos defendemos?
Muchos nos defendemos basados en lo que sabemos, otros basados en lo que somos y otros basados en lo que tenemos. Nos defendemos con palabras, formulas humanas, justicias, etc. Cada uno nos defendemos de una manera. Comenta con el grupo la siguiente pregunta: ¿Cómo te defenderías si alguien viene a engañarte? ¿Cómo te defenderías de un hermano que habla mal de ti? ¿Cómo te defenderías de un jefe agresor y egoísta?
Muchos haríamos muchas cosas y distintas, pero ¿cuántos tomaríamos el escudo de la fe? La mejor defensa que tenemos y la que menos utilizamos es el Escudo de la Fe. Hoy en día, países como Israel y Estados Unidos tienen escudos militares que no permiten la entrada externa de ningún proyectil sobre la nación.
Cuando nosotros usamos cualquier otra forma que no es el Escudo de la Fe, los proyectiles del enemigo (miserias, tristezas, enfermedad, tuina, maldiciones, etc.), sencillamente entran y nos dañan.
Ahora cuando usamos el Escudo de la Fe, no hay nada que nos pueda tocar y lo mejor de todo, es que la batalla que nos vino, se transforma en victoria. De esta manera si un día nos levantamos con muchas luchas, como nos suele suceder, cuando usamos el escudo de la Fe, tornamos un día de lucha en un día de victoria.
Ubicando el Escudo de la Fe
Para saber donde poner el escudo, tenemos que saber cuales son las partes vitales de nuestras vidas. Esto tiene que ver con las prioridades. Hay gente que lleva el escudo de la fe, colgado a la espalda, en medio de la guerra.
Nuestras partes vitales son en primer lugar nuestra vida y relación espiritual con Dios. Si esta parte se daña, todo lo que hay debajo, familia, economía, trabajo, salud, se daña. Esto es el corazón del guerrero. Una de las cosas que más ataca el enemigo, es nuestra vida espiritual. Por eso cuando una persona se enfría, es porque el diablo lo atacó, para sacarlo de Dios y terminar por destruirlo. Y esto le pasa a miles de cristianos en todo el mundo. El corazón de tu vida, es tu relación con Dios. Si esto está cuidado por el escudo de la fe, no tengas temor, porque Dios te entregará todo lo que quieras, haciendo de ti un guerrero de victoria TOTAL.
Papá, mamá, hijo o hija, cuando estamos bien en Dios, tenemos la habilidad y el poder de tomar, conquistar, lograr y vencer. Si Dios no está, estamos perdidos. Ubica el escudo y no permitas que nadie y nada, toque tu relación con Dios y con su cuerpo, que es Su Iglesia.
Ungiendo el Escudo de la Fe
La palabra de Dios dice: "Ponen la mesa, extienden tapices; comen, beben. ¡Levantaos, oh príncipes, ungid el escudo!" ISAÍAS 21:5
Una de las cosas que Dios le reprochó a Saúl, es que no ungió Su escudo (leer 2 SAMUEL 1.22 LATINOAMERICANA). Antiguamente se ungían los escudos, para protegerlos y hacerlos resbaladizos para que las flechas o dardos no se pegaran en ellos.
El aceite, representa la unción del Espíritu Santo.
Sin la unción del Espíritu Santo, no podemos usar el escudo de la fe o si lo usamos, no surgirá efecto. Nuestro escudo estará viejo y lleno de agujeros por los dardos. Sera un escudo frágil. De ahí la importancia de lo que enseñamos en la Iglesia, la Unción del Espíritu Santo no es una alternativa más, sino una necesidad.
Cuando enfrentamos las situaciones con la unción del Espíritu Santo, el enemigo se vuelve ineficaz y se cansa. Y en su cansancio, lo derrotarás en el nombre de Jesús.
Unjamos el escudo de la Fe, busquemos la Unción y Dios nos dará la victoria.
El Escudo de la Fe
Ahora bien, ¿Qué es el Escudo de la Fe?
El escudo romano era cuadrado y grande y se usaba para la protección , pero también para la conquista. El escudo de la fe, tiene dos principios, lo que hablas y lo que haces.
En primer lugar, los escudos se usaban, alineados perfectamente como técnica de avance. Los soldados estaban perfectamente unidos. Cuando usamos el escudo de la fe, avanzamos uniéndonos con nuestros hermanos e iglesia. Oramos los unos por los otros, compartimos nuestras peticiones y creemos en ellas, desatando la bendición de Dios.
 En segundo lugar, el escudo de la fe, es palabra que hablamos en fe. Declarando lo que no se ve, ante lo que está sucediendo. Cuando viene la pobreza, comenzamos a hablar en fe la bendición. Así con cada ataque que suframos, ya sea enfermedad, problemas, economía, falta de trabajo, familia, etc. Necesitamos hablar lo que no se ve, pero lo que se verá. La fe, es nuestra forma de expresar lo que Dios va a hacer; y no lo hacemos influenciados bajo las emociones, sino influenciados por lo que Dios dice en Su Palabra.
Este es el escudo de la fe.
Vamos a usar nuestros escudos de la fe.

La Unidad y La Palabra.
Compartamos en este día los unos con los otros los
pedidos personales y alentémonos con Palabra de Fe.
No hay nada imposible para Dios 


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