SAN JOSÉ Octubre 2010 — Un sismo de 5,9 grados de magnitud sacudió la noche de este viernes a Costa Rica causando temor entre la población, pero no hubo reportes inmediatos de daños ni víctimas, informaron los servicios sismológicos locales.
"El evento fue a una profundidad de 100 kilómetros en la placa de Coco, a esa profundidad es un sismo que se sintió fuerte en el Valle Central", donde se encuentra San José y ciudades como Alajuela y Heredia, declaró el director del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica, Juan Segura.
"Tenemos reporte de algunos deslizamientos" de tierra, pero "de momento no de daños a viviendas", agregó Segura.
El sismo se registró a las 19H54 locales (01H54 GMT del sábado) y tuvo su epicentro a 41 km al nor-noroeste de San José, según dijo el Servicio Geológico Estadounidense (USGS).
El USGS dijo que el sismo fue de 5,9 grados en la escala de magnitud de momento, que utiliza este servicio, que mide el área de la falla que se rompió y la totalidad de energía liberada.
En el centro de San José la gente salió de los edificios asustada y gritando y algunas personas lloraban por el susto, según comprobó un periodista de la AFP.
Radioemisoras y televisoras de San José indicaron que el fuerte sismo se sintió en todo el país, en especial en el Valle Central, la región más poblada del país, y en la costa del Pacífico.
El Observatorio Sismológico dijo que el epicentro del sismo se localiza a 9 kilómetros al noreste de Zarcero, un pueblo agrícola situado en una zona que fue muy afectada la semana pasada por los fuertes aguaceros que cayeron en el país.
El Observatorio, que depende de la Universidad Nacional, indicó que el movimiento telúrico se debió a un desplazamiento "intraplaca" en la placa de Coco y que fue sentido en las siete provincias de Costa Rica.
En el último mes el Observatorio registró otros 10 sismos en este país con larga tradición sísmica, pero todos fueron de 4,2 o menos grados de magnitud.
El epicentro está en la misma zona del terremoto de 6,2 grados Richter que el 8 de enero de 2009 dejó 23 muertos, además de pérdidas materiales por más de 100 millones de dólares, incuidos los daños en una central hidroeléctrica.
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