9 Y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén.
10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.
11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido.
12 Y la tierra lamentará, cada linaje aparte; los descendientes de la casa de David por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres por sí;
13 los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres por sí;
14 todos los otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres por sí.
Este pasaje bíblico trata sobre uno de los sufrimientos inmerecidos que padecería el Mesías, esta vez ya después de morir; y sobre lo que sucederá en la Segunda Venida de Cristo. El texto habla claramente que Jehová, es decir Jesucristo como segunda persona de la trinidad, regresará visiblemente a la tierra en juicio. Esto será en la Batalla de Armagedón al final de la Gran Tribulación.
Esta interesante profecía es de doble cumplimiento siendo a la vez mesiánica y apocalíptica. La primera parte de la profecía tuvo su cumplimiento en el Gólgota:
(Jn.19:31-37)
31 Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilatos que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí. 32 Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él.
33 Más cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas.
34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.
35 Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.
36 Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.
37 Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Es impactante como todo lo escrito sobre Cristo se cumplió al pie de la letra. La parte final de Zacarías 12:10 se cumplirá en la Segunda Venida de Cristo, esto bien lo detalla el Apocalipsis,
(En Isaías 35:8-10) nos detalla claramente el triunfo que tendremos los elegidos, los que les hemos sido fiel a nuestro Señor hasta el último instante, en donde se ve reflejada en nuestros rostros la dicha eterna junto con la alegría y felicidad del triunfo.
(Isaías 52:11-12) nos invita a llevar los vasos sagrados y no salir huyendo a la carrera, estamos a tiempo para purificar nuestras almas antes de la ira de Dios.
(Sofonías 2:11) habla del día de la ira y la salvación de los elegidos por el.
Y hay muchas más citas, escudriña y las encontraras.
Esa segunda venida es segura y está cerca, Él nos lo dijo cuando echan los primeros brotes, ustedes saben que el verano esta cerca. Así también, apenas vean ustedes que suceden las cosas que les dije, sepan que el Reino de Dios está cerca. (Lc 21:30).
Aprendan de este ejemplo de la higuera: cuando las ramas están tiernas y brotan las hojas, saben que el verano esta cerca. (Mc 13:28).
Ustedes me dirán entonces, alarmista porque dice estos son dolores de parto (Mc 13:8), analizando un poco, habla de guerras, terremotos, conflictos, hambre, falsos mesías etc. Todo está cumplido en estas fechas y reflexionando, la primera guerra mundial fue en 1914 y estamos en el 2010, casi 100 años de ello. Si físicamente una mujer tiene dolores de parto no tarda mas de 24 a 30 horas máximo para dar a luz, en un periodo de 9 meses de gestación, si estas horas se transforman en los 100 años que han pasado desde la primera guerra mundial da motivo a reflexionar sobre si la segunda venida está realmente cerca. No nos queda alternativa estar despiertos pues no se sabe el día ni la hora como lo manda el señor (Mt 25:1-13) para no quedarnos en esa segunda venida y sufrir los acontecimientos de la gran tribulación.
Dios los bendiga siempre.
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