Las nubes de ceniza que emanaban el jueves del volcán Merapi en Indonesia oscurecieron el cielo, obligando a los conductores a encender las luces de sus autos en pleno día y suscitando preocupaciones por la seguridad del tráfico aéreo.
El número de muertos por las erupciones ascendió a 44 en las últimas horas, según las autoridades.
En medio de la caída de rocas y ceniza, los soldados ayudaban por segundo día a miles de lugareños aterrados a subirse en camiones para trasladarlos a refugios de emergencia ya abarrotados.
Desde el 26 de octubre, el Merapi ha escenificado más de una decena de explosiones, emisiones de ceniza y miles de sismos. Las precipitaciones han obligado el cierre temporal de aeropuertos cercanos y en los últimos días, la suspensión de rutas aéreas.
En ciudades a unos 30 kilómetros de distancia del volcán, los conductores se vieron obligados a encender las luces delanteras de sus vehículos en pleno día, debido al oscurecimiento del cielo a causa de las nubes de ceniza.
Debido a la ausencia de vientos, las columnas de humo alcanzaron una altura espectacular de 6 mil metros y las ráfagas de viento arrojaron el polvo blanco sobre ciudades y pueblos a un radio de 240 kilómetros.
''Solicité a las autoridades de transporte aéreo que verifiquen si la ceniza no afecta la visibilidad'', dijo el vulcanólogo estatal Surono. En la ciudad antigua de Yogyakarta, donde hay un aeropuerto, numerosas personas se desplazaban por las calles aunque hacían esfuerzos por no asfixiarse con el polvo.
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