Un funcionario de Fatah, Ahmed Qureia (foto), acusó a Israel de negarse a cumplir su obligación de dejar de construir en Cisjordania y Jerusalén del Este, diciendo que ello significa una violación que podría terminar con el proceso de paz antes de que comience.
Qureia dijo que Jerusalén es "una bomba de tiempo", y culpó al primer ministro Biniamín Netanyahu al respecto, durante una conferencia sobre las llamadas "conversaciones de proximidad", mantenida en la ciudad capital.
"Netanyahu esta promoviendo la expansión de los asentamientos, a pesar de la moratoria, que ni siquiera se respetó. Continua tomando medidas unilaterales en Jerusalén: cada día se construye o se erige algo, y Nir Barkat (alcalde de la ciudad) esta cooperando con él", dijo.
"Los palestinos ardemos por todo esto. Aunque no soy uno de los que toma las decisiones, se que el liderazgo palestino no puede sentarse a la mesa de negociaciones antes de que se cese de lleno toda construcción", aseveró Qureia.
Además, dijo que no veía "diferencia alguna entre conversaciones indirectas o directas. La esencia es mas importante que el procedimiento".
La líder de la oposición, Tzipi Livni, que también estuvo presente en la conferencia, habló del proceso de paz.
"El proceso de Anápolis no falló y no fue finalizado, solamente se ha aplazado. Hemos acordado en que nada esta cerrado, hasta que todo sea acordado", dijo.
"Hemos tocado asuntos de núcleo y decidimos que no es cuestión de derechos históricos a estas tierras, sino que es cuestión de decidir como dividir las tierras para una solución de dos Estados", agregó Livni.
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