Un anciano me contaba que Siendo joven él era revolucionario y oraba a Dios de esta manera:
"Señor dame la energía para cambiar al mundo ".
Me siguió contando que al llegar a los cuarenta y darme cuenta de que la mitad de mi vida se había ido sin que hubiese cambiado una sola alma , y asi modifico su oración a Dios pidiendo así:
"Señor dame la gracia para cambiar a todos aquellos con quienes tengo contacto,
solamente te pido mis amigos y mí familia y así estaré satisfecho ".
"Ahora que ya esta anciano y sus días están contados y su única oración es:
"Señor dame la gracia de cambiarme a mi mismo".
Pienso que si el orden de orar hubiese sido de esta forma desde el principio , no hubiese desperdiciado su vida y hubiera ayudado a muchos a ver la luz!
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