miércoles, 11 de agosto de 2010

La urgencia de un avivamiento

“Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia. Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios? Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo. Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones.” Joel 2:15-19
Cuando el pueblo de Israel se apartaba de Dios, inevitablemente había consecuencias. Las naciones enemigas alrededor de ellos se levantaban para asediarlos y muchos de esos pueblos lograron ser un verdadero látigo de aflicción para el pueblo de Dios. Con líderes caudillos como Josué, Gedeón, Débora o reyes como David y Josafat, la nación consiguió grandes victorias sobre sus enemigos y el pueblo vivió en paz por algunos años. Pero tan pronto como se apartaban de Dios e iban tras los dioses falsos, asimilando las costumbres paganas de los pueblo vecinos, provocaron la devastación espiritual que abriría la puerta para una destrucción, y a veces cautiverio, por mano de malvadas naciones poderosas.
El mensaje de los profetas como Joel era muy claro: Mientras Israel se mantuviera fiel y obediente a los mandamientos de Dios, serían protegidos y prosperados; si se apartaban tras los dioses falsos y costumbres paganas, estaban desprovistos de la protección divina y a merced de la maldad de estas naciones enemigas.
¿QUE TAN URGENTE ES EL LLAMADO DE DIOS?
Vs. 15 “Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea.”
El sonido de la trompeta era un llamado urgente a prepararse a causa de un inminente peligro. El tiempo en el que Joel profetizó fue un período muy difícil después del exilio babilónico. La nación empezaba a reorganizarse y sufrían de muchas carencias económicas y plagas devastadoras como lo describe el capítulo 1.Era urgente buscar el socorro divino, debían darle a Dios la prioridad necesaria para la restauración en todos los sentidos. Notemos aquí que la iniciativa de esta urgencia viene de Dios mismo, El es quien llama a su pueblo ¡urgentemente! La idea de proclamar ayuno es símbolo de humildad y quebrantamiento. Es el hecho de que el pueblo entiende su verdadera condición y está dispuesto a buscar a Dios, uniéndose en un solo propósito:
¡Humillarse y clamar por una restauración y un avivamiento!
Vs. 16 “Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia.”
Dios concibe a su pueblo como eso: UN PUEBLO. Sus hijos son parte de una familia indivisible donde Jehová “envía bendición y vida eterna.” (Salmo 133:1) La unidad en el propósito es en factor importante desde el punto de vista de Dios, cuando su pueblo se reúne en su nombre, su presencia es una garantía.
“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Mateo 18:19,20
Cuando nos congregamos con un propósito y “santificamos” la reunión, o sea, la consagramos y dedicamos exclusivamente para honrar a Dios, su presencia estará con nosotros sin lugar a dudas. La urgencia e importancia de este llamado era tal que todos debían sentirse incluidos, desde los bebés hasta los ancianos. El pueblo de Dios no tiene edades, no solo es cuestión de “adultos”, Dios incluye en esta búsqueda a todo aquél que es de su propiedad. Se usan aquí figuras de lenguaje muy especiales: “salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia.” Es un llamado tan urgente y especial que incluso las tareas más importantes deben ser puestas como secundarias por el hecho de acudir al llamado de Dios.
ES UN LLAMADO AL ARREPENTIMIENTO Y AL CLAMOR EN ANGUSTIA.
Vs.17 “Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella.”
Los sacerdotes debían ocupar su lugar en las gradas del templo, justo delante del altar del holocausto y clamar en intercesión por el pueblo. Debían unirse al clamor y súplica de todos los congregados, desde el pequeño hasta el mayor, todos ellos eran responsables de suplicar a Dios por un avivamiento personal y nacional.
LA RESPUESTA SOBRENATURAL DE DIOS NO SE HARÁ ESPERAR.
Vs. 18 “Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo.
El perdón de Dios rompe las ataduras del pecado y destrucción. Su anhelo es que estemos en paz y comunión con El, porque bajo esta relación hay protección y restauración.
Vs. 19 Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones.”
Aquí tenemos tres símbolos de la bendición de Dios: Pan, Mosto (vino) y Aceite.
El Pan representa el sustento y cuidado de Dios por su pueblo.
El vino o mosto también era considerado parte del alimento básico, pero aquí pudiera representar el gozo y alegría que ha sido robado.
Mientras que el aceite representa la presencia de Dios, su unción y respaldo constante en nuestras vidas.
¿Que tan desesperados y angustiados estamos hoy en día por una genuina visitación de Dios? ¿Hemos llegado a sufrir angustia por ver un derramamiento del Epíritu Santo y el poder de Dios sobre nuestra generación?

No hay comentarios: