El acuerdo sobre el uranio enriquecido iraní alcanzado entre Brasil, Turquía e Irán el 17 de mayo y las sanciones que Estados Unidos quiere imponer al Gobierno de Teherán a través de una resolución de la ONU muestran los profundos cambios en el equilibrio de poder internacional. Hasta ahora las cuestiones de seguridad nuclear estaban reservadas para las grandes potencias. Turquía y Brasil, que ocupan dos puestos no permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU, alcanzaron con Teherán un acuerdo para que parte del uranio enriquecido que sus laboratorios están procesando sea transferido a Turquía. Desde ahí pasaría a Francia y Rusia, que lo procesarían para fines pacíficos, especialmente médicos. Luego el material volvería a Irán. El Organismo Internacional de la Energía Atómica verificaría el proceso.
Mariano Aguirre, director del Centro Noruego para la Construcción de la Paz, Noref - 29/05/2010
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