“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres,
yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres,
yo también lo negaré delante de mi Padre que
está en los cielos” (Mateo 10:32-33).
La palabra Griega “confesar” en este pasaje significa pacto,
asentir o acuerdo.
Jesús está hablando de un acuerdo que tenemos con él.
Nuestra parte es confesarlo a él, o representarlo,
en nuestro vivir diario.
Es vivir por sus promesas de protección y cuidado personal para nosotros.
Y testificar de sus maravillosas bendiciones por la manera en que vivimos.
Confesar a Cristo significa más que creer en su divinidad.
Es más que declarar que él es el Hijo de Dios,
crucificado, sepultado, resucitado y sentado a la derecha del Padre.
La Biblia dice que aun los demonios creen eso y tiemblan con este conocimiento.
Así que ¿qué es lo que Jesús quiere decir cuando dice que lo confesemos
delante de los hombres?
“A cualquiera, pues, que me confiese…” Al usar la
palabra “pues” Jesús está diciendo en esencia, “a la luz de lo que acabo
de decir…”, o “Por motivo de lo que acabo de decirles…” ¿Qué fue lo
que Cristo les acababa de decir a los que lo escuchaban? El había dicho,
“¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a
tierra sin el permiso de vuestro Padre” .
Jesús les estaba diciendo, “Piensen en los millones de pájaros
en todo el mundo.
Ahora piensen en los que existieron desde la creación.
Hasta este día, ningún pájaro ha muerto o
ha sido atrapado sin que vuestro Padre celestial lo sepa.
Luego él especificó, “Pues aun vuestros cabellos están todos contados”
Cristo estaba enfatizando, “Dios es tan grande, que él está fuera
de vuestra habilidad de comprender. Ustedes nunca podrán alcanzar de
comprender cuán detallado es su cuidado de ustedes.”
Jesús concluyó diciendo, “Así que, no temáis; más valéis vosotros que
muchos pajarillos” El termina resumiendo todo al decir,
“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le
confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. El está
diciendo, “Piensen en lo que les acabo de revelar sobre el cuidado del Padre
que lo ve todo y lo sabe todo. Ustedes confiesen esta verdad a todo el mundo.
Ustedes vivan, respiren y testifiquen que `Dios cuida de mí.`”
Crea en el amor que el Padre tiene por usted y acepte su cuidado íntimo.
Y deje a un lado todos sus temores y dudas.
Viva delante de los hombres con la fe que Dios no lo ha pasado de largo.
Confiese a todos, “Sus ojos están sobre el gorrión, y yo sé que él cuida de mí.”
Dios los bendiga y los cuide mucho.
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