¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? Romanos 8:31
Durante muchos años se han usado las represas para controlar el agua, cambiar el curso de los ríos, prevenir inundaciones, y almacenar el agua, abundante en algunas ocasiones para poder irrigar la tierra en tiempos de escasez hídrica. Sin embargo, ni siquiera las represas más modernas construidas en la actualidad pueden detener por completo el flujo del agua dentro de sus cauces, ni impedir su regreso final a los mares.
La Biblia habla en varios lugares de fuerzas opuestas a nuestros intereses eternos que actúan como corrientes impetuosas, pues tratan de llevar al naufragio nuestra fe y echar a perder los propósitos de Dios para nuestra vida. Así, el profeta Isaías afirma: «Vendrá el enemigo como río» (Isa. 59:19). A veces podemos llegar a pensar que nadie podrá detener todo aquello que está en contra nuestra: personas que buscan por todos los medios posibles hacernos daño; pecados que no hemos podido vencer, a pesar de nuestras buenas intenciones, y que nos han hecho caer vez tras vez; desafíos, que, en potencia, pueden desviarnos y hasta afectar de manera temporal los buenos planes que Dios tiene para nuestro éxito. Todas estas cosas se asemejan al río impetuoso del que hablaba el profeta Isaías.
Quizá hemos sido arrastrados por las corrientes pecaminosas de este mundo, por malas decisiones que tomamos, o por errores que cometimos. Si es así, pon todas esas circunstancias en las manos de Dios, pues él puede detener con éxito todas esas fuerzas malignas que no puedes enfrentar por ti mismo. La Biblia señala que el poder de Dios es suficiente para superar tales cosas. Más que suficiente, es infinito. Cuando habla de él, la Palabra de Dios presenta figuras e imágenes extraordinarias para que depositemos nuestra confianza en él. Se dice que es «torre fuerte», «gigante poderoso», «el león de la tribu de Judá». Sí, eso y más es nuestro Dios. ¿Quién podrá sostenerse en pie delante de él?
Los planes que Dios tiene nunca pueden ser derrotados. Él siempre ha salido victorioso, y eso es una buena noticia hoy para nosotros. Puedes estar completamente seguro esta mañana que Dios puede enfrentarse con todo lo que te sobrevenga. Con él la victoria es segura. Solo cuida de que tus propósitos sean acordes con los del Señor.
Que Dios te bendiga.
Que Dios te bendiga.
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