viernes, 28 de mayo de 2010

Magnetismo de la Tierra, Los polos se están invirtiendo

Una de las teorías que intenta explicar el magnetismo terrestre, atribuye la existencia del campo magnético de la Tierra al movimiento de un núcleo externo, compuesto de hierro líquido, que rodea al núcleo interno. Este océano de hierro que se encuentra en constante movimiento generaría el intenso campo magnético de la Tierra.
Debido al paralelismo con los polos geográficos, los polos magnéticos de la Tierra reciben el nombre de polo norte magnético y polo sur magnético, a pesar de que su magnetismo real es opuesto al que indican sus nombres.
La ubicación de los polos magnéticos no es constante, mostrando notables cambios cada año. El polo norte magnético está actualmente situado cerca de la costa oeste de la isla Bathurst, en el noroeste en Canadá, mientras que el polo sur magnético se sitúa en el extremo del continente antártico.
Algunas veces el campo magnético se invierte por completo. Semejantes inversiones son impredecibles, pues se producen en intervalos irregulares, aproximadamente una vez cada 300.000 años. La última inversión del campo magnético de la Tierra ocurrió hace 780.000 años.
El campo magnético terrestre genera un escudo protector contra las partículas cargadas provenientes del sol, pues desvía la mayor parte del viento solar. Dicho escudo es denominado magnetósfera.
Uno de los resultados más sorprendentes que se pueden deducir de los estudios sobre el paleomagnetismo terrestre es la deriva aparente de los polos. Según estas investigaciones, en los últimos 500 millones de años los polos han ido cambiando su posición si se tiene en cuenta que la procedencia de las muestras rocosas analizadas estuvieran localizadas en un continente u otro. Sin embargo, hoy sabemos que las distintas trayectorias se corresponden con el movimiento de los continentes, ya que los polos registran posiciones más o menos fijas tan sólo alteradas en épocas de inversiones magnéticas.
Los polos magnéticos terrestres han intercambiado entre sí sus posiciones en varias ocasiones a lo largo de la historia de la Tierra.
Aunque el campo magnético no llegaría a desaparecer totalmente, de todas maneras podría debilitarse lo suficiente, en tanto ambos polos intercambien sus lugares.
La causa hay que buscarla en el núcleo terrestre, en cuya superficie se ha hallado una región de rápidos cambios magnéticos debida posiblemente a una misteriosa columna magnética que surge desde dentro del núcleo.




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