sábado, 26 de junio de 2010

Huelga general contra ajuste económico paraliza a Italia

Un millón de trabajadores convocados por la Confederación General de Trabajadores Italianos (CGIL), el mayor sindicato de esa nación, paralizaron el país al manifestarse ayer en las principales ciudades italianas para protestar contra el ajuste presupuestario aprobado por el gobierno de Silvio Berlusconi el pasado 25 de mayo y que prevé la congelación de sueldos de burócratas e importantes recortes en el ámbito de la administración pública, entre otras medidas. Según Berlusconi, el paquete de ajustes por 30 mil millones de dólares en los próximos dos años es parte esencial del esfuerzo europeo para salvar el euro.
La CGIL, que reúne a unos seis millones de trabajadores, no contó con el apoyo de otros dos grandes sindicatos, el CISL y UIL, que no formaron parte de la huelga.
Los trabajadores del sector privado y los pertenecientes al sistema de transporte fueron convocados a un paro de cuatro horas, mientras que para los de la administración pública, la huelga fue de toda la jornada.
El paro de 24 horas fue aplicado en la administración pública, mientras que el sector privado suspendió labores durante cuatro horas.
MEDIDAS. Las disposiciones previstas por el Ejecutivo contemplan, entre otros aspectos, la contracción del gasto público, la congelación de los salarios de burócratas y retrasos en el acceso a las jubilaciones, así como recortes en los presupuestos de las entidades regionales y provinciales.
Con este plan de austeridad, Italia pretende llevar la relación entre déficit y PIB del actual 5 al 2.7 por ciento en 2012. En esta línea, la vicesecretaria general de la CGIL, Susanna Camusso, insistió en que las medidas propuestas por el gobierno no pueden recaer tan sólo sobre los trabajadores y entidades locales, pese a admitir que es necesario emprender acciones en el plano económico.
“Hay que pedir a aquellos que tienen más que contribuyan en función de sus propios recursos”, aseguró Camusso en Bolonia, en el norte de Italia, ante los más de 100 mil manifestantes que, según datos sindicales, recorrieron ayer sus calles en señal de protesta.
Por otra parte, el líder de Italia de los Valores (IDV), el ex fiscal Antonio Di Pietro, denunció desde Nápoles que el plan de ajuste es un modo de cargar “sobre la parte más débil la culpa de la política que no ha sabido hacer cuadrar las cuentas”.
El ajuste sigue en debate en el parlamento por lo que manifestaciones masivas contra la medida podrían retrasar su aprobación.

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