Las intensas precipitaciones caídas los días 24 y 25 de febrero, en el cantón Atacames, hicieron efecto en el recinto La Mina, de la parroquia Tonchigüe, al sur de Esmeraldas. Una casa se fue al suelo, dos quedaron a punto de colapsar y los sembríos se perdieron.
Los moradores de este sector campesino del cantón Atacames se encuentran temerosos y asustados por lo que pasa, la tierra se ha agrietado en varios sectores e incluso hay deslizamientos y destrucción de plantaciones y sembríos.
Habla un experto
Jorge Raad Silva, experto en suelos, explicó que cuando no ha llovido algún tiempo sobre una superficie, la tierra se seca.
Con el fuerte calor en el ambiente las moléculas de agua de la tierra comienzan a evaporarse, esto hace que las partículas sólidas se junten más unas con otras, lo que genera mucha tensión entre ellas y rompe la superficie a su alrededor.
Como consecuencia de esto se forman grietas, especialmente en zonas con mucha arcilla como lo que sucede en la provincia de Esmeraldas, estas aberturas pueden tener hasta un metro de profundidad.
Pero esta explicación no la entienden los habitantes de La Mina, quienes solo anhelan tener el apoyo del Miduvi. El jueves no borrarán fácilmente de sus retinas la furia de la naturaleza que destruyó los sembríos de cinco familias que perdieron cuatro hectáreas de maíz, 40 árboles de naranja, 500 plantas de cacao y 50 plantas de banano, a esto se suman las reses perdidas.
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